Era una tarde de verano y necesitaba soltarla, cogí la bici y me lleve mi cámara conmigo porqué pensé que algo bueno podría sacar de aquello. Pedaleé tan fuerte que el paseo marítimo se terminó en 20 minutos, pero yo me quede más contento que unas castañuelas. He aquí la prueba...




1 comentario:
¡Qué bonitas las fotos!
Los cambios hay que cogerlos de la mano, del pie, de donde sea :)
No podemos intentar que pasen indiferentes ante nosotros, porque son un reflejo de nuestros pensamientos más profundos y sinceros.
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