
Hace cinco años mi madre me llevo a Segovia para instalarme en mi nuevo piso. Conforme iba llegando me iba deprimiendo más y lo único que pensaba era :¿ que coño hago yo aquí?
Por suerte conocí a una gente que sin duda han sido el mejor legado que una carrera te puede dejar. Hoy se gradúan, y yo no podía faltar. Aunque es imposible no ponerse un poco tristón al ver que una época se está acabando, por lo menos ese sentimiento queda aliviado al pensar que voy a tener unos amigos únicos para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario